Presentación del artículo de la escritora Maria Barbal
Literatura: de la memoria particular a la reflexión general

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    El primero de Octubre de 2011, en la sede del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña, el grupo Trauma Psíquico y Transmisión Intergeneracional de la Fundación Congreso Catalán de Salud Mental organizó la Jornada: El ataque contra aquello humano.

    Este grupo nace a comienzos del año 2005, coincidiendo con la preparación del 3er Congreso Catalán de Salud Mental, que se celebró en febrero de 2006, con la temática “La construcción del sujeto”.

    Nos preguntábamos sobre los efectos que tuvo la violencia, la guerra y posguerra en la subjetividad de los que habían sido directamente afectados, pero también en la de sus descendientes; y, a la vez, planteábamos la hipótesis que esta violencia ejercida por un ser humano sobre otro -y que, como podemos ver, todavía impregna la vida social actual- podría ser, en cierta medida, parte de aquella herencia.

    Entonces empezamos a trabajar en temas a los que era necesario dedicar un tiempo de investigación, la memoria y el olvido (la recuperación de la memoria histórica), el silencio, la humillación, el miedo, la vergüenza, los recuerdos, el sujeto en situaciones límite, las situaciones traumáticas, los lutos no resueltos, la impunidad y los efectos en las siguientes generaciones.

    En aquel momento, la Fundación Congreso Catalán de Salud Mental, en el marco del Tercer Congreso, organizó las primeras Jornadas de Homenaje a las Mujeres del 36. Se celebraron en Barcelona el mes de noviembre de 2005 con cuatro ejes fundamentales:

    Represión
    Memoria
    Silencio y Salud Mental
    Olvidar y Recordar

    Aquel acto hizo darnos cuenta de que, ni en el Estado Español ni en Cataluña, no se había hecho ningún estudio que evaluara los efectos de aquel horror y el terror sobre la subjetividad.

    Establecimos nuestra primera hipótesis de trabajo, avalada por investigaciones hechas en otros países:

    Los traumas vividos -sobre todo en situaciones denominadas de catástrofe “social” – no se agotan en la generación que sufrió directamente la experiencia, sino que son transmitidos a sus descendientes, y afectan segundas, terceras y cuartas generaciones.

    Pensábamos y pensamos que era necesario realizar este trabajo desde la Salud Mental como:

    Combate contra el olvido, contra la negación y la tergiversación del pasado, una lucha que nunca se puede considerar cerrada. En nuestro oficio, la memoria es fundamental.
    Para poner de manifiesto la carencia de reconocimiento de los diversos autores que, aún citando las atrocidades cometidas por el hombre durante el siglo XX, olvidan las consecuencias de la Guerra del 36 y la posguerra y la larga dictadura en el Estado Español.
    Porque somos la última generación que tendremos la oportunidad de escuchar y de conocer personalmente a una parte de los supervivientes y la voluntad firme de sobrevivir al conflicto que soportaron.
    Por todo esto, nos comprometimos a trabajar para deshacer los silencios.
    1. Porque los profesionales de la Salud Mental no podemos mantenernos al margen ni ampararnos en una neutralidad imposible.
    2. Porque la aportación de datos concretos nos permitiría aportar al discurso social las conclusiones teóricas del trabajo de campo, con el objetivo de crear conocimiento psíquico y social a partir del reconocimiento de los efectos que la violencia produce en los sujetos.

    Todavía hoy, continuamos investigando, el impacto y las consecuencias psíquicas en los sujetos afectados, y la repercusión en el entorno que les rodea, así como la transmisión a las generaciones siguientes.

    Pero, para que esta investigación fuera posible, ha sido necesario contar con la enorme generosidad de muchos y muchos ciudadanos/as que han querido colaborar, a ellos les debemos agradecer que haya sido posible nuestro trabajo.

    Hemos recibido también el apoyo, la ayuda y el reconocimiento de otras disciplinas y de otros profesionales que también debemos agradecer. Entre ellos, el de María Barbal, de quien leeréis el artículo a continuación. Hoy tenemos el placer y la oportunidad de decírselo y agradecérselo, personalmente.

    Porque su reconocimiento público fue trastornador para nosotras, … porque, nunca ningún otro profesional lo había hecho como ella.

    Pese a su humildad y discreción, como seguro que sabréis, María Barbal, es un peso pesado de la literatura catalana, ha recibido once premios, de ellos dos de honor.

    Su trabajo tiene la gran virtud de adentrarse en la espina dorsal de nuestra investigación, de vincular subjetividad y Literatura de forma extraordinaria. Sitúa a los protagonistas en primera persona y realiza un análisis, un rastreo, en todas sus obras, de las dificultades para acercarse afectivamente; de las dificultades para establecer vínculos de personajes nacidos antes, durante o inmediatamente después de la guerra; del miedo, de la vergüenza, de la humildad, de la necesaria discreción para no sufrir daño, como ella misma dice en País Íntim.

    Nos acerca a la culpabilidad, a la impotencia para aligerar el dolor de una madre que sufre delante unos ojos de niña. Nos habla de humillación, de insatisfacción, de pesadillas, y de múltiples padecimientos, y de como, finalmente, todo esto, sólo se puede entender, cuando se consigue captar que el padecimiento, la supuesta frialdad, los miedos obsesivos, y las dificultades, son la consecuencia de la tristeza por la pérdida, por la muerte del padre, a quien los fascistas se llevaron poco antes de que terminara la Guerra Civil y que no volvió nunca más. Nos muestra también la tristeza y las dificultades para conseguir realizar el luto que corresponde.

    No diríamos pues que su trabajo es solo un símbolo de una determinada memoria, ni tanto solo de la memoria de una generación, sino que afirmaríamos que es, por encima de todo, la narración de las consecuencias de la violencia que circuló por este país del 36 al 39. Nos muestra como las consecuencias de la violencia se transfieren intactas de una generación a otra.

    Y añadiríamos que el suyo no es sólo un posicionamiento ético e ideológico, porque lo que consigue es construir una impecable y magnifica novela familiar. Y lo hace, con un vocabulario rico, riquísimo, realizando la descripción de la historia social de este país y de los múltiples desarraigos y de las consecuencias que, a todos los niveles, representó aquella terrible guerra.

    Describe roturas y experiencias límite, de la generación que vivió las situaciones traumáticas en su carne, de aquellos que se han constituido como sujetos en situación de catástrofe.

    Tiene también otra virtud su trabajo, …. nos permite reconocernos y darnos cuenta que ella, como nosotros, ha tomado una posición clara en contra del olvido y la represión de la memoria.

    Con su obra toma compromiso con la historia, con la lengua, con el país, y, por encima de todo, como dice Espriu, contribuye a, salvarnos las palabras, y a devolveros el nombre de cada cosa:

    devuelve las palabras y las pone al servicio de este pueblo.

    Gracias, María.

     

    Anna Miñarro /Teresa Morandi

    Octubre de 2011.

     

    Enlaces:

    Barbal, M. (2012). Literatura: de la memoria particular a la reflexión general. En Miñarro, A., Morandi, T. (comps.). Trauma y transmisión. Efectos de la guerra del 36, la posguerra, la dictadura y la transición en la subjetividad de los ciudadanos. (pp.175-182). Barcelona: Xoroi edicions.

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